Las ideas, las emociones, e incluso la personalidad de un individuo puede expresarse de diversas maneras, y sin duda, la fotografía ha sido una herramienta ampliamente usada para este propósito.

Entre los miles de cosas que se pueden capturar con una cámara fotográfica, son las personas. Quienes forman parte del entorno muchas veces pueden servir de inspiración para dejarle saber al mundo lo que se está pensando. Cuando se captura a una persona, ya sea de manera intencional o no, se le considera “retrato”.

A veces, los retratos están diseñados a medida para expresar una determinada emoción, en otras ocasiones, el fotógrafo puede elegir capturar de manera espontánea las cosas que le suceden o lo que otras personas a su alrededor están viviendo.

Cuando se trata de fotografía de retrato, podemos considerar 9 estilos diferentes: tradicional, de estilo de vida, ambiental, callejero, de glamour, de bellas artes, conceptual, surrealista y autorretrato.

El retrato tradicional es aquel que todos pueden identificar con facilidad cómo “retrato”, y muchas veces, es el único que la mayoría puede definir de esa forma. En el retrato tradicional podemos ver a una persona, por lo general mirando a la cámara; es agradable, aunque no hay mucho espacio para experimentar en ella, y suele ser muy útil para documentos o fotografías de currículum.

Cuando al retrato le agregamos un poco más de preparación, creatividad, y ¿por qué no? Algo de postproducción, podemos llegar a crear piezas artísticas que logren conectar con los espectadores.

El retrato surrealista y el conceptual comparten características, y han sido descritos por muchos fotógrafos cómo los más retadores debido a su complejidad y la cantidad de elementos de composición que pueden albergar debajo de lo que se observa en el producto final.

Todos los estilos de fotografía tienen su reto, todos pueden expresar emociones y ser una puerta para observar el mundo a través de los ojos del artista, ¿a ti cuál te gusta más?