De acuerdo a la psicología, el color azul representa confianza, fidelidad, armonía e inspiración, además de ser un icono de la parte intelectual de las personas.
Entre otros significados que le damos a este color primario se encuentra la asociación con el Trastorno del Espectro Autista (TEA), o el Autismo, el cual son un grupo de afecciones caracterizadas por algún grado de alteración del comportamiento social, la comunicación y el lenguaje, de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Este trastorno suele dar señales en la infancia, siendo los primeros cinco años los más notorios, de acuerdo a la mayoría de los casos, y tienden a persistir en la adolescencia hasta la edad adulta; donde uno de cada 160 niños tiene un TEA.
Desde un deterioro profundo hasta aptitudes cognitivas altas, son los niveles intelectuales que algunas personas con autismo presentan.
Las rutinas son mecanismos de estabilidad para las personas con TEA, pero, ¿qué sucede cuándo la rutina tiene que cambiar?
Con la expansión de la pandemia COVID-19, muchas escuelas, trabajos y demás establecimientos decidieron cancelar sus actividades presenciales, lo que los obligó a un confinamiento en casa.
Las personas con TEA, llevan esta medida como un mayor desafío, en comparación con sus compañeros, familiares o amigos, y este 02 de abril 2020, es una prueba de ello.
Por ello te invito a ser más tolerante, paciente y comprensivo con los cambios que esta pandemia pudo haber generado con esa persona TEA cercana a ti.
Recuerda que ellos también tienen gustos, disgustos, metas, sueños, desean crear lazos sociales, básicamente, recuerda que un déficit, trastorno o discapacidad no define a una persona.
Por eso, el azul es mi color.
Autor: Tanairy Castrellón, LCC.