17/02/2023
Un inventor que cambio al mundo
Fotografía: Ximena Franco, 7mo. de la Licenciatura en Comunicación y Estrategia Digital

Algo que nos gusta apreciar de sobremanera es, sin duda alguna, todo lo que está relacionado con la televisión. Teniendo a grandes exponentes dentro de ella, para muchos, es de sorpresa el conocer que, en el pasado, la televisión era puramente a blanco y negro. Tiende a pasar que, la sorpresa ante ese hecho, no se ocultaba naciendo la pregunta, ¿Quién logro traer el color a la pantalla? Siendo, la respuesta, una muy alentadora.

 

Guillermo González Camarena es a quien le debemos la dicha de que, el color, es apreciado en las pantallas de la TV. Nacido un 17 de febrero de 1917, en Guadalajara, Jalisco, este creador tendría una vida tranquila en la que, desde su más tierna infancia, demostró su gusto y amor a la creación he invención de cosas pues, siendo apenas un menor, creaba juguetes impulsados por electricidad. A la edad de ocho años, sorpresivamente, construyo su primer radiotransmisor y a los doce años construyó su primer radio de aficionado. Podemos notar desde sus pequeños pasos, hasta la adultez, que él siempre se interesó en la creación de artilugios que encantasen a las personas.

 

Dando un salto en el tiempo gigante, y después de la realización de diferentes trabajos, su vista dio a la televisión. Tras una serie de análisis para ver la posibilidad de traer el color a la “pantalla pequeña”, Camarena, logra generar el sistema Tricromático de secuencia de campos el cual, en 1940, patenta a su nombre. Después de un largo tiempo de análisis y pruebas, que se vieron suspendidas por la segunda guerra mundial, logra terminar parte de esta al punto de que, el Columbia College de Chicago, solicito la creación de televisores con el sistema del joven inventor.

 

Esto nos transporta al 21 de enero de 1963 cuando, por primera vez en la vida del mexicano, se pudo apreciar los colores en la pantalla. El programa infantil, “Paraíso Infantil”, tuvo el honor de ser el primer programa completamente a color que sería apreciado por el público. Las emociones de felicidad y jubilo no se hicieron esperar

al presenciar como, la monocromía antes latente, era reemplazada por los colores más vivos que no pensaban apreciar en sus aparatos.

 

Un gran hito para la sociedad del que, el responsable, fue un compatriota que recordaremos hasta el fin de los tiempos al permitirnos apreciar los colores y, como no, sentir nuevas cosas nunca reflexionadas.