Las tradiciones mexicanas son algo que, durante muchos años. Han formado parte de la historia de la humanidad. Si bien podemos tomar en cuenta que algunas de ellas son recientes, en el caso de otras, llevan más de un siglo dentro de la historia de la sociedad. Desde las épocas prehispánicas, el virreinato, la revolución, etc. Existe esa extensa línea en donde, la cultura y la historia, se fusionan en una sola. Tal es el caso de un día en el que los recuerdos, la añoranza y los colores viven. El día de muertos.

Cada 2 de noviembre, en México, colores brillantes se hacen presentes y el dulce olor de pan, chocolate y azúcar inundan las casas. En una estructura de siete escalones se hace presente a la vista de las personas en la cual, en el escalón superior, se aprecia la fotografía de alguien que ya ha fallecido. Adornando los escalones se logra apreciar comida que el difunto amaba, alguna vestimenta y elementos relacionados con la religión, al igual, que de orígenes antiguos. Todas esas maravillas dignas de apreciar son parte de la tradición y el patrimonio que, el país mega diverso, tiene para el mundo.

Los orígenes de esta festividad son desde la época de los indígenas quienes, a sus muertos, les hacían un tipo de altar en el que se les conmemoraba todas sus acciones en vida. Con la llegada de los españoles, esta tradición, fue adoptada por el catolicismo que llego a las nuevas tierras. Desde ahí, el día de muertos, cambio, aunque mantuvo su esencia original. Sin importar la evolución de esta fecha, la verdad, es que decidimos el amarla por el hecho de leyenda que explica que, nuestros seres amados, vendrán a visitarnos en este día. Es eso de lo que amamos, pues, con su parte de historia, sentimos el cariño de quienes físicamente nos han dejado, pero, que se mantienen en nuestras memorias.

Este día de muertos te invitamos abiertamente a que, como parte de esa tradición, pongas tu propio altar que rememore a ese ser amado que, por el resto de tu vida, te acompañará de manera espiritual para que nunca lo olvides y, durante todos esos años, este en tu corazón.