Si existe algo que los estudiantes anhelan con mucha ilusión, sin duda alguna, es ese momento donde, después de mucho tiempo, culminan con sus estudios. Ese instante donde se dan cuenta de que una etapa de sus vidas ha concluido después de un largo periodo de tiempo donde ciertas emociones se hicieron ver, al igual, que recuerdos y amistades que perduraran por siempre. Las graduaciones de la universidad. Momento culminé que, durante dos días, se vivió.

Los pasados 30 y 31 de mayo, la Universidad Metropolitana de Monterrey, se vistió de gala al celebrar la conclusión de las carreras que, miles de alumnos, tuvieron. Bajo las luces del recinto, el cual fue el Río 70, la emoción era palpable. Las sonrisas de los jóvenes, el orgullo de las familias o amigos y la satisfacción de los directivos al ver que, tras un tiempo, sus alumnos han llegado a una de sus tantas metas.

Bajo las palabras del rector, quien no pudo ocultar su emoción, se conllevó diferentes momentos como el último pase de lista de cada carrera, en donde, los alumnos, no podían evitar hacer bulla al ver a sus amigos subir y recibir sus diplomas. Mucho menos si, ese ser querido, había recibido un reconocimiento al mérito académico.

Dentro de los momentos especiales, no se puede olvidar, la entrega de cordeles rojos, los cuales, dentro de la tradición de la Metropolitana de Monterrey, simbolizan un aplauso al esfuerzo académico, siendo, de su carrera y grado, el que más se destacó. La toma de protesta, donde los jóvenes prometen cumplir con vigor sus obligaciones como licenciados o ingeniero, lleno de aplausos el lugar al ver hecha la promesa de una generación que, aun con la adversidad, parecen estar lejos de tener miedo.

Felicitamos con mucha felicidad a los hoy graduados de la UMM recordándoles que, esta universidad, siempre será su alma mater y su adorada casa de estudios que los vio crecer en conocimientos. Recordando las palabras del rector, les advertimos que tengan cuidado, pues, los “leones”, andan sueltos.