“Don Quijote de la Mancha”, “Cien años de soledad”, “Los viajes de Gulliver”, “El Extraño Caso del Doctor Jekyll y el Señor Hyde”; son sólo algunos de los libros clásicos en la literatura que han tenido gran relevancia en el mundo.

Los libros nos han permitido viajar en el tiempo y también nos transportan a lugares mágicos que nuestra imaginación nos hace crear.

La lectura nos abre un mundo sin fin, en el cual podemos interactuar con los personajes que aparecen en los libros.

A partir de 1988 la UNESCO, inició con la celebración del Día Internacional del Libro y del Derecho de Autor, esto para concientizar la lectura en todo el mundo y proteger los derechos de autoría de las obras que los escritores crean.

Pero no fue hasta en el 2010, cuando gran parte de los países arraigaron esta celebración.

Se decidió el 23 de abril por coincidir con el fallecimiento de grandes escritores que han aportado obras a la humanidad, entre ellos: William Shakespeare, Miguel de Cervantes e Inca Garcilaso de la Vega.

La UNESCO, junto con la Unión Internacional de Editores, la Federación Internacional de Libreros, y la Federación Internacional de Asociaciones e Instituciones Bibliotecarias, eligen una capital mundial del libro cada año, cuyo mandato inicia el 23 de abril.

Esto inicio desde el 2001, siendo Madrid, España, la primera ciudad en ser la capital del libro; este año la capital elegida es Kuala Lumpur, Malasia.

En México, el promedio de horas de lectura es de 5.5 horas a la semana, y el índice de analfabetismo es de 13.9% a partir de los 15 años, a comparación de China, donde el promedio semanal es de 8 horas de lectura, y su índice de analfabetismo es del 7.8% de la población, de acuerdo a los datos obtenidos en el 2013 por Forbes México.

Durante años, la Secretaria de Educación Pública, ha incentivado la lectura en los planes de estudio de los diferentes niveles de aprendizaje (preescolar, primaria y secundario).

La recomendación a los estudiantes es leer, por lo menos, 30 minutos al día, esto con el fin de mejorar el vocabulario, la ortografía y la cultura general; abrir las puertas a nuevas oportunidades; ser más abierto y creativo, con ideas nuevas, además de mejorar tu capacidad de atención, porque cada historia tiene un inicio, desarrollo y final.

Si no acostumbras leer, puedes iniciar con un libro que llame tu atención, aunque sea corto, y empieza con lapsos de lectura, por ejemplo: lee 15 minutos y descansa 5 minutos, así, y con el tiempo, aumenta tus lapsos de lectura.