Hace 24 años, el mundo fue testigo de uno de los hechos más impactantes de la historia contemporánea: los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos. Más allá del ataque en sí, la forma en que los medios de comunicación transmitieron la tragedia marcó un antes y un después en la cobertura noticiosa a nivel global.
La televisión jugó un papel crucial, ya que millones de personas siguieron en vivo los impactos de los aviones contra las Torres Gemelas y el posterior colapso de los edificios.
Las cadenas internacionales interrumpieron su programación habitual para transmitir imágenes en tiempo real, lo que convirtió al atentado en uno de los sucesos más documentados de la era moderna.
La radio, por su parte, se consolidó como una fuente inmediata de información para quienes no tenían acceso a una pantalla.
Locutores y reporteros narraban minuto a minuto lo que sucedía, transmitiendo no solo datos, sino también el desconcierto y la angustia de la población.
En el ámbito del periodismo escrito y digital, los diarios del mundo entero lanzaron ediciones especiales con titulares históricos.
Fotografías de las torres en llamas y crónicas de corresponsales se convirtieron en documentos de referencia. Los medios digitales, todavía en una etapa temprana, comenzaron a mostrar el potencial de la inmediatez informativa en línea.
La cobertura del 11 de septiembre reveló el poder de los medios para unir a la audiencia mundial frente a un mismo acontecimiento, mostrando cómo la comunicación en situaciones de crisis no solo informa, sino que también genera memoria colectiva.
A partir de este hecho, la forma de narrar catástrofes cambió para siempre, consolidando la responsabilidad de los medios de comunicación como testigos y narradores de la historia en tiempo real.
Autor: Diego M. González, 8vo. de la Licenciatura en Comunicación y Estrategia Digital
Sede: Torre II